Translate

miércoles, 23 de enero de 2019

PUYUHUAPI Y SUS ENCANTOS ...









Parque Natural Queulat y su Ventisquero colgante 

Como había escrito al final de mi última crónica, teníamos un día especialmente duro, habíamos planeado ir a subir al Mirador del Ventisquero Colgante en el Parque Nacional del Queulat. Salimos muy temprano desde nuestro Hostel Ventisquero, ya que el chófer del micro bus que nos llevo hasta la entrada del Parque Natural era a la vez el propietario de donde nos alojábamos, lo que nos hizo ser de los primeros en llegar al Parque Natural. 

Pagamos la correspondiente entrada de rigor, 5000 PCL, o lo que es lo mismo 6,50 €, y después de escuchar los consejos de los guarda parques, cruzamos el puente colgante que nos daba acceso para empezar la caminata, y empezamos a subir sin parar continuamente. 

La caída del témpano al vacio

La subida se las traía, no en vano ya avisaban de la dureza del trazado, y en algunos casos lo complicado del terreno, pues entre barrizales, arboles caídos, y riachuelos, la subida era de nivel alto.

Después de más de tres horas de sufrimiento, llegamos al Mirador, y el espectáculo era impresionante. Nos recuperamos del esfuerzo y nos quedamos contemplando el Glaciar, cuando de repente y sin avisar, nos sorprendió con un desprendimiento, efectuando una espectacular explosión al impactar el hielo en la parte inferior, levantando una polvareda blanca que nos dejo a todos sin palabras. No me dió tiempo a poder filmar el completo desarrollo de la caída del tempano, no estaba preparado, pero si pude dejar constancia de la nube y todavía el sonido de la explosión al impactar con el suelo.  Podéis ver los videos en el apartado de videos del viaje de este blog. Al rato de estar nosotros en el Mirador, llegó nuestra amiga del día anterior, Pamela que también nos había dicho que tenía programado lo mismo que nosotros, pero con otro tipo de transporte al parque, con lo que solo coincidimos en mirador por poco tiempo.



El Ventisquero Colgante desde el Lago de los Témpanos
Al rato iniciamos el descenso, íbamos justos de tiempo, quedaba aún ir a ver el Lago de los Témpanos, y desde allí poder contemplar otra visión del Ventisquero,  y a su vez, el nacimiento del Rio Ventisquero  que se forma al pie del valle por el desagüe del Lago de los Témpanos que recibe las aguas del glaciar. 

A las 14:30 horas, nos esperaba de nuevo el micro bus para llevarnos de  vuelta a Puyuhuapi. Muy cansando regresé al Hostel Ventisquero, y por la tarde me dediqué a hacer la siesta y descansar. Entrada la tarde/noche, de nuevo regresamos los tres  a nuestro bar preferido, y allí pudimos saborear una especialidad de la casa, el Pisco Sour con sabor a frutas de Calafate. Cenamos y ya teníamos organizado con el chófer del micro bus, donde iríamos al día siguiente.  No era otro lugar que a las Termas Ventisquero..., nos las habíamos ganado¡ 



Termas el Ventisquero
Al día siguiente y de acuerdo al plan trazado, nos fuimos a pasar el día de relax, reflexión y tranquilidad a las Termas, para recuperar las fuerzas que dejamos en el camino al Mirador del Ventisquero.

Disfrutamos de un esplendido dia de sol, y nos bañamos en las cuatro diferentes pozas de agua termal, que estaban situadas estratégicamente para que empezara uno a remojarse en 31º, después pasar a 34º, y otra a 37º, para terminar cociéndote en agua a 40º.

Cada vez que salías del agua caliente, tenías la posibilidad de bañarte en las aguas del Fiordo Queulat, que tenían una temperatura de 12º. Yo me bañé repetidamente en el Fiordo, creo que me he bañado más en el mar, que al estar fría estaba exquisita. Las pozas eran un suplicio, el agua estaba caliente y costaba aguantarla, y en la de 40º, habia que estar preparado mentalmente para aguantar la temperatura del agua.  No se podia estar mucho rato dentro del agua caliente, recomendaban estar unos 10 minutos máximo para que no hubiera riesgo para tu salud.


El baño en el Fiordo Queulat a 14º de temperatura el agua
Rojo como una gamba, pues no en vano el sol picaba de valiente, regresamos a media tarde al Hostel. En las Termas tenían un pequeño restaurante con especialidades de comida italiana, "solo pasta", y allí comimos.


La cena del día la conseguimos en nuestro bar preferido, donde también degustamos es Pisco Sour tradicional para poder decidir cual de los dos era el mejor. Por unanimidad se decidió que el mejor Pisco Sour era el de frutas de Calafate. Al día siguiente teníamos que estar a las 11:00 horas en a parada del autobus para continuar viaje, pero no disponíamos de billete, y era martes el único día en que pasaba entre las 10:00 y las 12:00 horas. No había horario fijo pues venía desde lejos y en la Carretera Austral hay muchas sorpresas e imprevistos que no garantizan horarios fijos.  







Esperando el bus que nunca paso...
Pero fué divertido, nosotros y otras doce personas esperábamos desde las 10:00 horas la llegada de este autobus semanal  para dirigirnos a Chaiten. Pasaron las dos horas, y al cabo de otros 45 minutos nos decidimos por ver que pasaba. Fuimos a la policia del pueblo a informarnos,  y sorpresa, nos dijeron que efectivamente el autobus había pasado por la carretera, pero que no se había detenido en el pueblo, por no se sabe que razón, con lo que allí nos quedamos tirados y tuvimos que regresar de nuevo al Hostel y quedarnos un día más. 


Esta vez, compramos billete para el día siguiente, con mucha suerte, pues solo habían cuatro a la venta y nosotros éramos tres. El bus salía puntualmente de Puyuhuapi a las 6 de la mañana, todavía de noche y allí estaríamos para continuar nuestro viaje...


Continuará...