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sábado, 29 de diciembre de 2018

PARQUE NACIONAL TORRES DEL PAINE...

 Os decía en la anterior entrada al blog, que el Parque Nacional Torres del Paine, merecía un capitulo aparte, pues no en vano esta considerado por los chilenos la Octava Maravilla del Mundo. Me contó la gente de Puerto Natales con la que hable, que gracias al National Geographic, por un reportaje que hicieron sobre el Parque, este ha experimentado un crecimiento de visitantes que nadie del lugar se lo esperaba, siendo de gran ayuda para la gente que vive del  turismo en verano, ya que aquí el invierno es muy duro, y prácticamente no les visita nadie.


El documental consideraba los trekkins O y W, como los mejores del planeta. Y resaltaba la belleza de las montañas, lagos y senderos, como únicos e incomparables, por la gran variedad de paisajes que había al recorrerlos.

Las Torres del Paine, vistas desde la parte trasera
El parque tiene una gran cantidad de rutas para disfrutarlo a todos los niveles de exigencia. Evidentemente la más exigente es la ruta O, que para hacerla completa se necesitan 8 días para recorrer sus 130 Km con un desnivel acumulado de 6000 metros, y hay que contratarla con tiempo, ya que la disponibilidad de plazas en los refugios es limitada, al igual que el circuito W de 80 Km y con un desnivel de 3000 metros, se necesitan 4 días.


Aparte de estas mega rutas O y W, hay muchas rutas y senderos repletos de miradores para personas menos preparadas y que escogiéndolos con la ayuda de los guarda parques o del servicio de información del parque te pueden permitir disfrutar de este remanso de paz y naturaleza.

Centro de Información
Para entrar al Parque Nacional de las Torres del Paine, hay que pasar por caja. Hay que comprar el ticket de entrada que a los extranjeros nos cuesta 21.000$ (Pesos Chilenos), su valor es aproximadamente 30 €, y tiene validez para tres días. 

Nosotros nos desplazamos desde Puerto Natales al Parque Nacional que dista según la entrada que elijas, 90 Km o 135 Km en nuestro coche de alquiler. Nuestro primer día, fue el sábado 22 de diciembre, con un día esplendido en cuanto al sol, pero terriblemente ventoso, con rachas de viento que en la mayoría de las zonas ventadas del parque alcanzaban los 120 a 140 Km por hora. Un verdadero huracán racheado, que nada tiene que ver con nuestra tramontana. Yo jamás había experimentado en mi cuerpo, un viento como el que teníamos este día, y que hacía imposible mantenerte en pie y dificultaba el poder andar con normalidad. 

Lago Pehoe

Ya nos informaron en la Oficina del Parque, que estaban muchas de las rutas cerradas por precaución, y que no debíamos arriesgarnos a sufrir un accidente. Solo al entrar con el coche, nos dimos cuenta de que lo que se nos decían no era una falsa noticia, ya que vimos como era remolcado un coche que había volcado por esta causa y estaba hecho el pobre un bollo total.



Ante este panorama, optamos por visitar el Parque en coche, y le dimos la vuelta entera de norte a sur, y de este a oeste, siguiendo las rutas marcadas para vehículos, que evidentemente eran todas de "ripio" lo que nos obligaba a no superar los 50/60 Km por hora. Recorrimos más de 300 Km por su interior, y pudimos contemplar las diferentes vistas que se nos proponía a cada rincón.

Jose con los Cuernos 
Visitamos el Lago Pehoe, fuimos al Salto Grande, allí el viento era terrible, y en el apartado de vídeos podréis ver uno que me grabo Norberto, en el que teníamos verdaderas dificultades para poder caminar por la pasarela del mirador. En este lugar hay el sendero que te lleva en dos horas, una de ida y otra de vuelta al mirador de los Cuernos, espectacular montaña que recuerda el gesto que se hacen con dos dedos. Aquí Jose, desafiando a los elementos fue y volvió sano y salvo, pero llegó  prácticamente destrozado, y reconoció que quizá no tenía que haber subido.  Desde aquí nos dirigimos al Mirador del Nordenskjöld, Mirador de la Laguna de los Cisnes, Lago Sarmiento, Laguna Amarga, y entre estas dos lagunas el guarda parque nos dijo que había posibilidad de poder ver pumas, pero hacia demasiado viento, y los pumas estaban en su guarida a buen recaudo seguramente, y por eso no vimos puma alguno, y para acabar el recorrido nos dirigimos a ver la Cascada Paine.


Cascada Paine


Habíamos comido por el camino, y regresamos a Puerto Natales, saliendo del Parque por la entrada de Laguna Amarga, con lo que este día recorrimos entre ida y vuelta, casi 400 Km. 

Al día siguiente, nos levantamos con el animo muy alto, y muy temprano nos dirigimos de nuevo al Parque, entrando de nuevo por Laguna Amarga para dirigirnos a la zona del Hotel y Refugio Las Torres.



Desvío a los Cuernos en la ruta
Desde este lugar pretendíamos efectuar el ascenso a la Base de las Torres, un recorrido de 5 horas de ida, con una fuerte pendiente de ascenso desde el inicio, que ha pleno sol, nos dejo a casi todos exhaustos, pero tuvimos la suerte de la Patagonia, ya que dicen que en el mismo día hay las cuatro estaciones, y lo que era un sol matador, y sin viento, se nos transformo en un cielo encapotado y con viento fresquito que nos dio alas, lo que hizo mucho más llevadera la ascensión. Realmente la subida tiene un desnivel de 800 metros  y con un "final feliz", pues de propina hay que subir por una "morrena" del glaciar entre piedras durante 40 minutos, que hacen el resto. Yo abandone la subida, junto con Esther y Casti,  cuando nos faltaba este "final feliz", llevábamos más de cuatro horas, y habíamos pasado el Refugio Chileno donde comimos y estábamos en el final camino, cuando 
por sorpresa apareció Jose que se había dado la vuelta y regresaba. La verdad es que nos vino muy bien, pues aparte de que estábamos muy cansados, el tiempo había vuelto a cambiar, y estaba lloviendo con un viento frío que no nos auguraba nada bueno en la subida final. El único que llevaba la marcha puesta para poder llegar a la Base de las Torres era Norberto, que había dejado atrás a Jose hacía mucho rato. Total que nos dimos la vuelta y de regreso hacia el aparcamiento, donde nos esperaba nuestro coche. Lloviendo todo el camino de regreso empleamos otras cuatro horas de vuelta, con lo que entre ida y vuelta nuestro esfuerzo fue de ocho horas largas andando sin casi parar. 

Morrena glaciar para el "final feliz"
Tuvimos que esperar el regreso de Norberto durante dos horas, que a su llegada nos confirmo y enseño las imágenes de su ascensión. Todos le felicitamos, pues realmente hizo una gran proeza para nosotros, estuvo más de diez horas andando para llegar y bajar de la base, con muy  mal tiempo al final de la ascensión  y en el descenso de regreso, muy peligroso por estar el camino rocoso mojado y resbaladizo. Nadie de nosotros es un experto excursionista, más bien a todos nos gusta la montaña, pero nos la miramos por la televisión. Esta vez la hemos sufrido y disfrutado. Regresamos y dormimos como troncos. De todas maneras, Norberto con la gracia que le caracteriza por su habla colombiana, nos dijo: "...Ahora ya se lo que hay allá arriba, y les aseguro que no volveré a subir, es muy duro y peligroso, y la bajada es muy "berraca"... 


Nuestro héroe Norberto en la Base de las Torres
El tercer día de Parque Nacional, ya no estaban ni Casti, ni Esther, pues ellas habían decidido iniciar por su cuenta otra ruta, y como conocían gran parte del recorrido a seguir, decidieron irse hacía Las Cataratas de Iguazú, para seguir luego hacía Brasil subiendo por la costa atlántica, y volverse a encontrar con nosotros en Colombia, si todo va bien. Espero que les vaya todo "chevere". Este mismo día tuvimos que cambiar de alojamiento pues la Cabaña Simón Bolívar había que dejarla libre y aprovechando que todavía teníamos el coche de  alquiler, cargamos equipajes y hacía el Hostel Isla Yu Patagonia que nos fuimos.

Cueva grande del Milodon
Nosotros tres, tampoco disfrutamos del tercer día de  entrada al Parque, y decidimos irnos a visitar la Cueva del Milodon. Estábamos muy cansados del día anterior, y necesitábamos tranquilad y sosiego, y pensamos que las cuevas no serian muy cansadas, aunque yo fui el único en cumplir el recorrido completo de circuito visitando el Mirador, la Cueva Grande, la Cueva del Medio y la Cueva Chica, total que añadí dos horas más de caminata a mis delicadas rodillas, que ha día de hoy, todavía me duelen...

Y esto es todo, por hoy, hasta la próxima entrega que espero sea también apasionante.

Como siempre, continuará...