Capilla de Mármol |
Nos levantamos el lunes día 7 de enero, como cada día temprano, y esta vez aún más, teníamos que estar a las 09:00 horas en el embarcadero de Puerto Tranquilo. Allí nos esperaban la gente de Explorasur, para ponernos el chaleco salvavidas, y una capa de plástico para no mojarnos. El día amaneció gris y medio amenazante de lluvia, pero esto no fue problema para que puntualmente embarcáramos y saliéramos en una barca con motor fuera borda, 9 persona y dos tripulantes hacia la Catedral de Mármol. La navegación era de aproximadamente unos 15 minutos hasta llegar a la zona de las Cavernas, pero el agua del Lago General Carrera, estaba encrespada y había un oleaje considerable a causa del viento que siempre reina en este zona. Llegamos a las Cavernas, y empezamos a contemplar esta rareza de la geología, el agua de había comido las partes blandas de la piedra y fue dejando la piedra marmórea a la vista generando unas cavidades remarcables, en alguna de ellas pudimos entrar con la barca hasta su interior, luego nos llevaron con la misma barca, hasta lo que ellos denominan el Túnel, otra cavidad donde también entro la barca y navegó, entrando por un lugar y saliendo por otro. Aquí fue donde el espíritu del turista se manifiesta, y ha requerimiento del guía, nos hicimos todos las oportunas fotos del lugar.
Seguimos otros cinco minutos navegando, y nos fueron mostrando las diferentes formas que caprichosamente fueron creándose, una tortuga, una cabeza de perro, un elefante con su trompa, etc., etc. Llegamos a la Capilla, una mole en medio del lago, le dimos la vuelta, me volví loco fotografiando y de nuevo nos desplazamos a ver la obra maestra, La Catedral de Mármol, otra mole de piedra aun más grande que la Capilla, que se alzaba majestuosamente desde el agua. Habían trascurrido desde que salimos más de una hora y cuarto cuando empezamos a regresar a de nuevo hacía Puerto Tranquilo. Durante la visita el tiempo fue cambiando, y la cosa empeoró y mucho, pues el regreso fue realmente un martirio, entre los saltos de la embarcación a causa de la velocidad de regreso contra el oleaje, el fuerte viento y la lluvia intensa que caía, llegamos al final del trayecto con media hipotermia, refugiándonos todos en el bar del puerto, y pidiendo urgentemente un chocolate caliente para entrar en calor.
Valió la pena pasar por esas experiencias, el frío y el agua encrespada no fueron motivos para que disfrutáramos de poder ver este espectáculo de la naturaleza, y es qué, si no vas con una barca a verlo, no hay otra forma de hacerlo. El tour nos costo 10.000 PCL, o sea 13,00 €, que considero barato para lo que se paga aquí por cualquier cosa. Es muy recomendable esta visita a los que estén por la zona, de no hacerlo, siempre después se arrepentirán de no haberlo hecho.
Todavía con las imágenes en la retina de lo que habíamos visto, empezamos la segunda etapa de nuestra aventura por la Carretera Austral, e iniciamos el camino hacia Caleta Tortel, que sería el final de nuestra segunda etapa Austral.
Al rato de carretera, nos encontramos con el desagüe del Lago General Carrera, que va a parar a la formación de otro lago, el Lago Bertrand, y de desde este nace el que es considerado el río mas bello de Chile, el Río Baker, que es el más caudaloso de Chile y tiene 175 Km de largo, desembocando en el Delta de Caleta Tortel. También al paso vimos el Lago Negro, llamado así por el color de sus aguas, que ha diferencia de otros lagos son oscuras. El Río Baker transcurre paralelo a la carretera por varios kilómetros, hasta que de nuevo se nos presenta otra sorpresa en el camino, la confluencia del Rio Baker con el Río Neff. Nos paramos, y efectuamos la correspondiente caminata hasta prácticamente su lecho, y pudimos contemplar la cascada que se forma y los rápidos y el salto del mismo, salvando un desnivel en su cauce, y también la entrada de las aguas oscuras del Neff al curso del Baker que aquí continúa su recorrido a través de un cañón rocoso, haciendo e su discurrir un espectáculo extraordinario.
Después de contemplar lo descrito anteriormente, continuamos carretera hacía el pueblo más cercano. Este era Cochrane, necesitábamos cargar gasolina, y comer, ya que eran las 15:00 horas pasadas y con tantas emociones se nos había olvidado comer...
En Cochrane, por suerte descubrimos un restaurante que en su cartel decía: COMIDA AL PASO, y su nombre era sugestivo: RAYITO DE SOL. Nos paramos a comer, y que suerte tuvimos, nos atendió la propietaria en persona, una señora de edad avanzada que nos ofreció el menú del día que consistía en una sopa de verduras caliente, y un guisado de carne exquisito, y el precio aún mejor 5.000 PCL, 6,50 €, toda una ganga comparado con lo que te cobran en cualquier restaurante de poca monta. Al entrar tuve el presentimiento de que en el Rayito de Sol se comía bien, pues dentro estaba la Gendarmeria Chilena comiendo con el coche aparcado afuera, y esto fue lo que me dio la corazonada. No me equivoqué.
Fuimos recorriendo camino, y el tiempo fue poniéndose de perros, la temperatura exterior en algunos tramos era de 2 grados, y nos cayó una buena lluvia de agua nieve, y al final del día, casi a las 21:00 horas llegamos a Caleta Tortel. Teníamos un problema añadido, ya que habíamos reservado alojamiento a través de Airbnb, y la anfitriona, nos envío un mensaje diciéndonos que no podía alojarnos, porque los huéspedes del día anterior, habían decidido quedarse un día más, y tuvimos que buscarnos la vida, yendo a parar a casa de una señora que alquilaba habitaciones con desayuno incluido.
Caleta Tortel en un lugar pintoresco, es un pueblo en el que las calles no existen y no hay coche circulando. La gente se desplaza a través de pasarelas de madera de acacia que los pobladores fueron construyendo por encima del mar y en la montaña, a la vez que construían sus casas de madera. Ahora en estos momentos, a mi me defraudó bastante, pues la publicidad que hacen del pueblo, no refleja a realidad, ya que caminando por las pasarelas, vas viendo como de descuidado y desordenado está todo. La gente amontona sus enseres inservibles en sus terrenos al lado de sus casas, será porqué no tienen la facilidad de tirarlos por las propias pasarelas que les impiden moverse con facilidad. Neveras y lavadoras, alguna cocina, y maderas, troncos y otros enseres son la decoración no deseable del lugar. En el borde del mar, lo que llaman costanera, hay gran cantidad de botes y barcas abandonadas pudriéndose a la vista de la gente, dando un lamentable estado al lugar.
Lo mejor de Caleta Tortel, fue conocer a Pablo Pinedo y su mujer, que estaban en viaje de bodas, Eran una pareja de jóvenes chilenos de Valparaiso, ingenieros ambos, con los que departí largo y tendido, dándome grandes consejos e ideas para la continuación de nuestro viaje por Chile, ellos eran unos grandes conocedores de gran parte de su pais.
Y colorín colorado, por hoy este cuento se ha acabado.
Continuará.......