En mi última crónica, os explicaba todas las "peripecias" con las que nos habíamos encontrado, y la diversidad de criterios entre nosotros y los organizadores del Tour, que nos llevó a abandonar la Casa Rodante, y viajar por nuestra cuenta y riesgo para continuar con el viaje de nuestras vidas.
Para nosotros la gente de www.rodandoando.com/tour, han quedado atrás, y forman parte ya de nuestra historia y aventura, aunque entre nosotros a día de hoy todavía estamos alucinados por su comportamiento. Sin rencor, pero muy dolidos por su forma de actuar, les deseamos lo mejor a Silvio, Carla, Patricio y Ornela en sus vidas, las nuestras continuarán por el continente americano sin ellos.

Llegamos a Bahía Blanca de noche y en taxis nos desplazamos al hotel que durante el viaje en bus seleccionamos, allí nos dedicamos a descansar durante dos días, a la vez que planificábamos la continuación del viaje. Bahía Blanca aunque es parada obligada a los viajeros que viajan hacia la Patagonia, no es una ciudad que tenga muchos encantos. Nuestro hotel se hallaba situado en el centro de la ciudad, y a pie recorrimos sus calles adyacentes, y poco más.


Pudimos visitar acompañados por una amable persona local, algunos lugares de la ciudad, y así pudimos ver como la ciudad vive de espaldas al mar, pues en el se hallan instaladas las petro-químicas, y su puerto no es visitable. Vimos un parque donde la gente va en verano a bañarse a una mega piscina municipal con agua de mar, ya que se encuentra situada al lado de la cangrejera, así nos lo denominaron. La cangrejera es el barrizal que queda una vez la marea se retira, y que si por despiste entras y lo pisas, te puedes encontrar dentro de él con suerte hasta la rodilla. Solo tirar una piedra, puedes comprobar como esta, es tragada. En este barrizal, hay gran cantidad de cangrejos, que cuando salen de sus escondites, son un buen manjar para las gaviotas. Nos pasearon en su coche por la ciudad, recorrimos sus calles y después nos llevaron a ver la ciudad desde el mirador, punto más alto desde donde se divisa la ciudad.

Vimos los barrios humildes de paso, donde habitan los cartoneros. Pasamos por la Universidad y la parte más moderna de la ciudad, y fuimos invitados a ver la final de la Copa Libertadores que se jugaba en Madrid entre Boca Junior y River Plate, bebiendo cerveza que ofrecimos nosotros. Una vez finalizado el partido, comprobamos como la gente, igual que en nuestro país, festeja por las calles la victoria de su equipo. Agradecemos a la Virgen de la Merced*, y a su familia, lo bien que nos trataron y el tiempo que nos dedicaron. Gracias.

Recomendados por el atento personal del Hotel Bahía, descubrimos un restaurante local de nombre Resto Víctor, donde por 6/7€ cenábamos o comíamos, ya que por la gran cantidad que servían en cada plato, con pedir 3 platos, era suficiente para nosotros cinco.

Salimos de noche, con todo nuestro equipaje encima en taxi hacia la estación de buses, para allí, embarcarnos en un autobús cama que después de más de 11 horas nos llevaría a Puerto Madryn. Pudimos más o menos dormir durante el viaje.

Habíamos reservado el Hostel La Tosca como base de operaciones para pasar nuestros próximos 5 días, y desde allí poder desplazarnos a efectuar la visita a la reserva natural de Península Valdés y otros lugares cercanos, previó alquiler de un coche por tres días.

Nuestro primer día, y en nuestro flamante coche Nissan, modelo desconocido, como en lata de sardinas viajamos tres, Norberto, Esther y yo en la parte trasera, mientras nuestro experimentado chófer, José taxista de profesión y vocación junto a Casti, se lo pasaban bien en su parte delantera.

Recorrimos la Península Valdés, saliendo de Puerto Madryn a Puerto Pirámides, embarcamos en la primera salida al mar del día. A las 9:30 horas, puntuales y por más de dos horas subidos en una embarcación preparada para ir a ver la Ballena Franca Austral, que en este periodo de tiempo ya van emigrando. Tuvimos la inmensa suerte de poder contemplar un espectáculo único, yo que había ido en tres ocasiones a lo largo de mi vida a ver ballenas, jamás había visto cosa igual. Como os decía, nuestra inmensa suerte fue poder contemplar dos ballenas adultas hembra con sus dos crías, y a su vez casi poderlas tocar con la mano al pasar por delante de nuestra embarcación y salir la madre a saludarnos, mientras que las crías jugaban en el agua saltando y sacando a relucir su cola, dando coletazos al agua por un largo periodo de tiempo. A medida que pueda, pues esto del wifi va escaso, iré colgando los varios vídeos de este espectáculo único, así como las fotos.

Nos contaron que en la Península Valdés, este año se habían dado cita a parir sus crías más de mil de estas ballenas, y que las barcas que llevan gente a verlas, tenían dificultades a navegar entre ellas. Nosotros nos conformamos con poder ver estas cuatro, ya que en la época del año en la que estamos, ellas abandonan este hábitat una vez sus crías tienen suficiente grasa para desplazarse hacia aguas más frías e iniciar de nuevo el ciclo de su vida.


Una vez de nuevo en tierra, continuamos visitando la Península Valdés, y nos dirigimos a Punta Cantor, dentro de Caleta Valdés, y en el camino descubrimos nuestra primera colonia de pingüinos donde pudimos ver algunas parejas. En Punta Cantor, pudimos observar desde los miradores los lobos marinos que descansaban en la orilla del mar. Hicimos nuestro picnic al mediodía, y continuamos hacía Punta Delgada, donde el Faro presidia el núcleo de casas que allí se formo. Desde el mirador contemplamos más fauna, y ya nos dirigimos de vuelta, pasando por la Salina Chica, un lago salado interior, del que se extrae sal, y que toma un color rosado por el crustáceo que habita en él, y que es el mismo que comen los flamencos, por eso su color rosado.

Al día siguiente, previa ducha, para liberarnos del mucho polvo acumulado por tanto circular por el ripio, cena y descanso, nos dirigimos Punta Tombo. Allí visitamos el Centro Tombo, una especie de museo dedicado a la protección del pingüino y su hábitat. Nos dirigimos a la entrada de la zona protegida, y a través de un recorrido auto-guiado de 3,5 Km. de ida y vuelta, pudimos contemplar la inmensa cantidad de parejas de pingüinos que allí habitan y se reproducen. Nos indicaron que en este lugar hay más de 260.000 parejas de pingüinos controladas. Observamos sus cantos o gritos, vimos como se desplazaban andando de un lugar a otro, como arreglaban su nido, echando fuera de su hoyo la tierra que les molestaba, como cuidaban a sus crías, o como incubaban sus huevos. Total otro espectáculo de la naturaleza que hemos vivido apasionadamente.


Al marcharnos de lugar, en el camino descubrimos un letrero que indicaba, Playa de Isla Escondida, y hacía allí que nos dirigimos. Después de descender por un camino de ripio con curvas, llegamos a una playa donde estaban descansando libres y sin que nadie les molestara, unos cuantos elefantes marinos hembras, acompañados de algunos elefantes machos muy jóvenes. Nos pudimos pasear entre ellos, y fotografiarlos de cerca, no sin darnos algún susto, ya que si te acercabas demasiado, ellos se sentían molestados y se levantaban, abriendo su boca de color rosa, mostrando sus buenos dientes. Las chicas hicieron volar por primera vez el dron, y tomaron imágenes del momento tan especial que vivimos. Regresamos de vuelta a Puerto Madryn, pasando por el Carrefour para comprar nuestra cena y comida del día siguiente, retirándonos a descansar como cada día.

Amanecimos de nuevo con el espíritu viajero renovado, y teníamos preparado para este día dirigirnos a visitar un museo de paleontología en la ciudad de Trelew. Es el MEF, o el Museo Paleontológico Egidio Feruglio. Lo visitamos y descubrimos el inicio de nuestro planeta, así como la historia de los Dinosaurios y otras especies que en él se estudian. Nos dieron una explicación extensa de todo lo que allí la ciencia está desarrollando, y pudimos contemplar sus salas muy bien instaladas con las réplicas a tamaño natural de los muchos individuos que por estos lares habitaban, así como fósiles de la vegetación y de especies marinas. Vimos un documental en la sala de audiovisuales y dimos la visita por acabada.

Como nos quedaba tiempo suficiente, nos dirigimos a visitar la ciudad de Rawson, y paseamos por su puerto y playa. En la Playa Unión, volvimos a hacer nuestro picnic de rigor, y desde allí, y por sorpresa, vimos los delfines saltar en el mar. Seguimos luego dirección a Gaiman, localidad cercana donde se instaló una colonia de gente venida de Gales. Este lugar se encuentra un poco separado de lo que es el centro del pueblo, y es un lugar con gran arboleda y con jardines floridos y cuidados por demás. En el lugar se ofrece al módico precio de 600,00 ARS (15,00€) la posibilidad de hacer el té, y poder contemplar la vajilla que se utilizó en la visita que les efectuó la Princesa Diana de Gales, la famosa Lady Di en el año 1995. Y como no podía ser de otra manera, si visitas un lugar que lleva por nombre Gales, que podía pasar?, pues que nos cayó una tormenta increíble, con gran cantidad de agua, rayos y truenos, que afectó al servicio eléctrico, y dejó sin electricidad a media ciudad de Puerto Madryn por un buen rato. De nuevo, al Carrefour de compras, y cena con jamón traído especialmente para esta oportunidad por Jose, y así poder celebrar nuestro primer tramo del viaje, acompañado de un "pa amb tomàquet" a la catalana que les "guisé" yo a mis compañeros.

Y hasta hoy, que tenemos el día de descanso, en nuestro Hostel, preparando el equipaje para mañana, que de nuevo vamos a continuar con el viaje hacía otro lugar patagónico.
Continuará...
*Virgen de la Merced, patrona de Bahía Blanca, y a su vez patrona de la ciudad de Barcelona.
Llegamos a Bahía Blanca de noche y en taxis nos desplazamos al hotel que durante el viaje en bus seleccionamos, allí nos dedicamos a descansar durante dos días, a la vez que planificábamos la continuación del viaje. Bahía Blanca aunque es parada obligada a los viajeros que viajan hacia la Patagonia, no es una ciudad que tenga muchos encantos. Nuestro hotel se hallaba situado en el centro de la ciudad, y a pie recorrimos sus calles adyacentes, y poco más.
Pudimos visitar acompañados por una amable persona local, algunos lugares de la ciudad, y así pudimos ver como la ciudad vive de espaldas al mar, pues en el se hallan instaladas las petro-químicas, y su puerto no es visitable. Vimos un parque donde la gente va en verano a bañarse a una mega piscina municipal con agua de mar, ya que se encuentra situada al lado de la cangrejera, así nos lo denominaron. La cangrejera es el barrizal que queda una vez la marea se retira, y que si por despiste entras y lo pisas, te puedes encontrar dentro de él con suerte hasta la rodilla. Solo tirar una piedra, puedes comprobar como esta, es tragada. En este barrizal, hay gran cantidad de cangrejos, que cuando salen de sus escondites, son un buen manjar para las gaviotas. Nos pasearon en su coche por la ciudad, recorrimos sus calles y después nos llevaron a ver la ciudad desde el mirador, punto más alto desde donde se divisa la ciudad.
Vimos los barrios humildes de paso, donde habitan los cartoneros. Pasamos por la Universidad y la parte más moderna de la ciudad, y fuimos invitados a ver la final de la Copa Libertadores que se jugaba en Madrid entre Boca Junior y River Plate, bebiendo cerveza que ofrecimos nosotros. Una vez finalizado el partido, comprobamos como la gente, igual que en nuestro país, festeja por las calles la victoria de su equipo. Agradecemos a la Virgen de la Merced*, y a su familia, lo bien que nos trataron y el tiempo que nos dedicaron. Gracias.
Recomendados por el atento personal del Hotel Bahía, descubrimos un restaurante local de nombre Resto Víctor, donde por 6/7€ cenábamos o comíamos, ya que por la gran cantidad que servían en cada plato, con pedir 3 platos, era suficiente para nosotros cinco.
Salimos de noche, con todo nuestro equipaje encima en taxi hacia la estación de buses, para allí, embarcarnos en un autobús cama que después de más de 11 horas nos llevaría a Puerto Madryn. Pudimos más o menos dormir durante el viaje.
Habíamos reservado el Hostel La Tosca como base de operaciones para pasar nuestros próximos 5 días, y desde allí poder desplazarnos a efectuar la visita a la reserva natural de Península Valdés y otros lugares cercanos, previó alquiler de un coche por tres días.
Nuestro primer día, y en nuestro flamante coche Nissan, modelo desconocido, como en lata de sardinas viajamos tres, Norberto, Esther y yo en la parte trasera, mientras nuestro experimentado chófer, José taxista de profesión y vocación junto a Casti, se lo pasaban bien en su parte delantera.




Una vez de nuevo en tierra, continuamos visitando la Península Valdés, y nos dirigimos a Punta Cantor, dentro de Caleta Valdés, y en el camino descubrimos nuestra primera colonia de pingüinos donde pudimos ver algunas parejas. En Punta Cantor, pudimos observar desde los miradores los lobos marinos que descansaban en la orilla del mar. Hicimos nuestro picnic al mediodía, y continuamos hacía Punta Delgada, donde el Faro presidia el núcleo de casas que allí se formo. Desde el mirador contemplamos más fauna, y ya nos dirigimos de vuelta, pasando por la Salina Chica, un lago salado interior, del que se extrae sal, y que toma un color rosado por el crustáceo que habita en él, y que es el mismo que comen los flamencos, por eso su color rosado.

Al marcharnos de lugar, en el camino descubrimos un letrero que indicaba, Playa de Isla Escondida, y hacía allí que nos dirigimos. Después de descender por un camino de ripio con curvas, llegamos a una playa donde estaban descansando libres y sin que nadie les molestara, unos cuantos elefantes marinos hembras, acompañados de algunos elefantes machos muy jóvenes. Nos pudimos pasear entre ellos, y fotografiarlos de cerca, no sin darnos algún susto, ya que si te acercabas demasiado, ellos se sentían molestados y se levantaban, abriendo su boca de color rosa, mostrando sus buenos dientes. Las chicas hicieron volar por primera vez el dron, y tomaron imágenes del momento tan especial que vivimos. Regresamos de vuelta a Puerto Madryn, pasando por el Carrefour para comprar nuestra cena y comida del día siguiente, retirándonos a descansar como cada día.
Amanecimos de nuevo con el espíritu viajero renovado, y teníamos preparado para este día dirigirnos a visitar un museo de paleontología en la ciudad de Trelew. Es el MEF, o el Museo Paleontológico Egidio Feruglio. Lo visitamos y descubrimos el inicio de nuestro planeta, así como la historia de los Dinosaurios y otras especies que en él se estudian. Nos dieron una explicación extensa de todo lo que allí la ciencia está desarrollando, y pudimos contemplar sus salas muy bien instaladas con las réplicas a tamaño natural de los muchos individuos que por estos lares habitaban, así como fósiles de la vegetación y de especies marinas. Vimos un documental en la sala de audiovisuales y dimos la visita por acabada.
Como nos quedaba tiempo suficiente, nos dirigimos a visitar la ciudad de Rawson, y paseamos por su puerto y playa. En la Playa Unión, volvimos a hacer nuestro picnic de rigor, y desde allí, y por sorpresa, vimos los delfines saltar en el mar. Seguimos luego dirección a Gaiman, localidad cercana donde se instaló una colonia de gente venida de Gales. Este lugar se encuentra un poco separado de lo que es el centro del pueblo, y es un lugar con gran arboleda y con jardines floridos y cuidados por demás. En el lugar se ofrece al módico precio de 600,00 ARS (15,00€) la posibilidad de hacer el té, y poder contemplar la vajilla que se utilizó en la visita que les efectuó la Princesa Diana de Gales, la famosa Lady Di en el año 1995. Y como no podía ser de otra manera, si visitas un lugar que lleva por nombre Gales, que podía pasar?, pues que nos cayó una tormenta increíble, con gran cantidad de agua, rayos y truenos, que afectó al servicio eléctrico, y dejó sin electricidad a media ciudad de Puerto Madryn por un buen rato. De nuevo, al Carrefour de compras, y cena con jamón traído especialmente para esta oportunidad por Jose, y así poder celebrar nuestro primer tramo del viaje, acompañado de un "pa amb tomàquet" a la catalana que les "guisé" yo a mis compañeros.
Y hasta hoy, que tenemos el día de descanso, en nuestro Hostel, preparando el equipaje para mañana, que de nuevo vamos a continuar con el viaje hacía otro lugar patagónico.
Continuará...
*Virgen de la Merced, patrona de Bahía Blanca, y a su vez patrona de la ciudad de Barcelona.